Etapa de ruptura, de tránsito, en la que, sin abandonar el uso de la figura, surgen nuevos valores plásticos, que van ganando protagonismo: la concepción del espacio, el uso del color, las texturas, la trasformación del dibujo, las imágenes todavía evidentes que se van diluyendo. Todo esto da paso a una etapa posterior en la que la iconografīa, los símbolos, son difícilmente idenifficables visualmente, de tal manera que la figura va desapareciendo, pero que sigue siendo deudora del empleo que se hizo anteriormente de la misma, del desnudo tal como lo entendía Kenneth Clark.